Gestión de la empresa basada en valor y valoración de empresas

En su libro la práctica de la Gerencia, Peter Drucker, quien es considerado el mayor filósofo de la administración del siglo XX (1909 – 2005), nos enseñaba que la gerencia es el órgano de la sociedad encargado específicamente de hacer productivos los recursos, es decir, con la responsabilidad del avance económico organizado. En este planteamiento se encierra un profundo propósito de la orientación al desempeño y a la producción de resultados, entre ellos la maximización de la riqueza para los accionistas, que es considerada desde la óptica financiera el principal objetivo de la empresa.

La gestión financiera basada en valor es un modelo de administración que busca medir el impacto de las decisiones empresariales en la creación o destrucción de valor financiero, económico y comercial de la empresa. Este modelo busca la implementación de un sistema que permita la alineación de intereses de la alta dirección de la empresa y sus órganos de gobierno con el planteamiento estratégico corporativo con el objetivo de obtener un permanente incremento del valor empresarial.

Una de las herramientas más utilizadas para medir la creación de valor es la valoración de empresas y utilizar esta como instrumento que soporte la toma de decisiones empresariales acertadas. Por ejemplo, si contamos con un modelo de valoración podemos medir el impacto financiero y de valor que podría tener la adquisición de un nuevo equipo para la empresa, la apertura o cierre de un punto de venta o el lanzamiento de un nuevo producto o servicio al mercado. La medición del valor exige a la gerencia tener una visión integral de la empresa, así como la capacidad de leer el entorno y sus oportunidades.

Se define valor comercial de la empresa, el valor razonable por el cual los derechos de propiedad de una compañía podrían ser transferidos entre un comprador y un vendedor interesado en forma voluntaria, considerando que ambos conocen los hechos relevantes y circunstancias en que opera la empresa.

También puede definirse como la emisión de un juicio sobre una empresa y sus negocios con el fin de intentar estimar las perspectivas de los resultados o plusvalías potenciales de sus activos (Jean Brilman y Claude Marie, manual de valoración de empresas).

La creación de valor debe formar parte integral del proceso de planeación de corto, mediano y largo plazo de la empresa. Toda decisión empresarial referida a los aspectos estratégicos y operativos tiene un impacto en la creación de valor y estos deben contar con esquemas de medición y su impacto en la maximización de la riqueza.

La gestión de valor es un proceso dinámico que debe incluir información oportuna y continua que permita medir el valor de mercado de una empresa y de su capacidad de generar caja y utilidades.

A continuación se presentan algunos métodos utilizados en la valoración de empresas:

Valor en libros:El valor en libros se determina con base en el patrimonio contable de la empresa.

Valor de reposición: El valor de reposición se determina estimando el costo actual de reponer los activos de una empresa.

Valor de liquidación: El valor de liquidación se calcula con base en el estimativo del precio de venta de los activos, restándole el valor de los pasivos totales.

Valor de mercado: El valor de mercado utiliza el precio en bolsa de la acción, multiplicado por el número de acciones en circulación.

Valor según negociaciones comparables: El valor según negociaciones comparables consiste en estimar el valor de una empresa con base en el precio de venta de una empresa similar.

Valor según múltiplos: Consiste en expresar el valor de la empresa como un múltiplo de una variable específica: EBIT (ingresos antes de intereses, impuestos y depreciaciones), EBITDA (ídem EBIT, más amortizaciones), o ventas.

Valor presente de los flujos de caja libre: Esta metodología determina el valor de una empresa en función de su capacidad de generar recursos a favor de sus accionistas en el largo plazo. El método requiere desarrollar un caso de inversión que concluya en unas proyecciones financieras de las cuales se desprenden los flujos de caja libre operacionales que traídos a valor presente a tasas que reflejen el costo de oportunidad, determinan su valor comercial o del mercado de los inversionistas que compran participaciones en empresas. Esta es la metodología más recomendada para la implementación de un modelo de gestión basado en valor.

Igualmente este método es en muchos casos el preferido por los inversionistas, al considerar que cubre algunas desventajas presentadas por otros métodos:

a. Considera el efecto de distintas condiciones macroeconómicas y operativas.

b. Incorpora el concepto de riesgo.

c. Considera el efecto de distintas estructuras de capital.

d. Está basado en información objetiva.

e. Ofrece flexibilidad para cuantificar eventos y condiciones futuras.

Bajo el modelo de flujo de caja Libre una empresa tiene valor en la medida en que sea capaz de generar un flujo de caja líquido para sus financiadores (deuda y capital). Es decir, define el valor como una función de los fondos que una compañía puede distraer de su operación.

La valoración de una empresa es útil en los siguientes casos: Gestionar el valor, venta total de la empresa a un tercero, venta de un porcentaje de la empresa a un tercero, Sucesión en empresas familiares, compra de otras empresas, recompra de participaciones a un socio, reducción de capital de una empresa, ampliaciones de capital, Fusión entre empresas, Creación de una nueva línea de negocio.

Otra de las metodologías utilizadas para medir la creación de valor de la empresa es el Valor Económico Agregado (conocido por sus siglas en inglés como EVA), este concepto fue introducido por Joel M. Stern y funciona como un indicador que permite calcular la riqueza de una empresa teniendo en cuenta el nivel de riesgo de su operación.

El EVA es un indicador aplicable a cualquier empresa, puede aplicarse a una empresa en su conjunto o para la evaluación de unidades o áreas de negocio, tiene en cuenta todos los costos generados por la empresa, entre ellos el costo de la financiación del patrimonio y considera el riesgo con el que opera la empresa.

De acuerdo con Oriol Amat, experto en esta metodología, “el EVA puede definirse como el excedente de dinero que queda una vez que se ha deducido de los ingresos, la totalidad de los gastos, incluido el costo de oportunidad del capital y los impuestos”.

Desde la perspectiva del EVA una empresa genera valor cuando su rentabilidad supera el costo de oportunidad de los accionistas y/o inversionistas.

La fórmula de cálculo del EVA es simple y tal vez en parte a ello se deba su popularidad:

E.V.A. =Utilidad Operativa después de impuestos-(WACC * (Capital Invertido))

Donde;

WACC: Costo Promedio ponderado de capital (del inglés Weighted Average Cost of Capital)

Utilidad Operativa después de impuestos: Utilidad después de intereses e impuestos (EBIT) x (1-Tasa efectiva de Impuestos)

Capital Invertido: Activo Total - Pasivos Operativos sin costo financiero.

Como hemos visto, existen múltiples formas de implementar un modelo de gestión basado en valor, lo realmente importante es el compromiso que tenga la dirección y gobierno de una empresa con la definición de un proceso integral diseñado para mejorar las decisiones estratégicas y operacionales a lo largo de la organización, a través del énfasis en los inductores de valor corporativos.

Un inductor de valor es aquel elemento de la gestión integral empresarial que tiene directa relación con su valor. Estos pueden estar referidos entre otros a:

  • El modelo de ingresos
  • Su estructura y modelo de costos de producción
  • Su estructura y modelo de costos operacionales
  • Su modelo de ciclo de caja y/o capital de trabajo
  • Su estructura de inversiones y costo de capital

Los inductores de valor pueden variar en impacto dependiendo de cada empresa y de los objetivos organizacionales priorizados. Por esta razón, el modelo de gestión basado en valor no es estándar y deberá diseñarse y adaptarse para cada caso en particular.

La gestión basada en valor tiene entre otras las siguientes aplicaciones:

  • La evaluación del rendimiento y desempeño de la empresa.
  • La compra y venta de compañías.
  • La organización y reorganización de empresas.
  • Los planes de medición y compensación de directivos y personal clave
  • El seguimiento de los cambios del entorno y los mercados.
  • La prospectiva y la planeación empresarial.

En palabras de Alfred Rappaport, profesor emérito de la J.L. Kellogg Graduate School of Management, el test definitivo de la estrategia empresarial, para que sea una medida fiable, es si crea valor para los inversionistas y accionistas.

Escrito por:
Jorge Montoya Sánchez
Gerente General Capitalia Colombia S.A.S

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