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Diagnóstico empresarial
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La ONU las describe como cualquier grupo de ciudadanos voluntarios sin ánimo de lucro que surge en el ámbito local, nacional o internacional, de naturaleza altruista y dirigida por personas con un interés común. Y bajo la reglamentación colombiana una entidad sin ánimo de lucro puede ser una entidad prestadora de servicios de salud o de educación formal, un sindicato, una caja de compensación, una corporación, una organización eclesiástica, un fondo de empleados, un club deportivo, un club social, una entidad gremial, un partido político, una fundación, una asociación, una cooperativa o una mutual de previsión social.
Son definidas como entidades de derecho privado cuyo objetivo se centra en el beneficio social, se caracterizan por ser autónomas, sin injerencia estatal en sus decisiones y porque los excedentes económicos se reinvierten en su objeto social.
Para garantizar una gestión transparente y el cumplimiento misional se establece que su funcionamiento interno este regulado por un acuerdo entre sus miembros que luego es declarado ante sus públicos de interés y que se nombra como Gobierno Corporativo.
El Gobierno Corporativo es una guía que permite a la entidad organizarse en términos de ¿Quién es? ¿Qué hace? ¿Cómo lo hace? ¿Para qué lo hace? Y a partir de estas claridades lograr la definición de las responsabilidades y los derechos de miembros de la entidad, las directrices para tomar decisiones, los objetivos, los procedimientos y los recursos destinados al cumplimiento de la misión.
El gobierno corporativo de una institución sin ánimo de lucro busca generar el marco de derechos y responsabilidades en el que se regulen las relaciones con equidad entre los grupos de interés, se garantice la transparencia, la estabilidad y la confianza, se controlen los riesgos y se disminuyan los conflictos.
La construcción y aplicación del Gobierno Corporativo le permite a las entidades sin ánimo de lucro resolver los conflictos de interés entre los promotores y la junta o entre promotores y directivos, entre sus miembros y los financiadores. Igualmente se busca equilibrar los objetivos sociales y económicos de la organización y los intereses individuales y colectivos. En él quedan expresamente declarados los principios de actuación, las atribuciones, las inhabilidades y las incompatibilidades de cada miembro de la entidad, y los caminos para acordar y resolver conflictos de interés en el momento en que puedan presentarse.
Es un acuerdo de voluntades entre los miembros de la entidad que se declara públicamente con el fin de velar porque el comportamiento interno se ciña a lo establecido por las leyes, a los valores y a los principios corporativos, a la puesta en marcha de una estrategia institucional orientada al cumplimiento de los objetivos misionales y a la sostenibilidad de largo plazo.
El Gobierno Corporativo de cada institución define quiénes son sus órganos de gestión y control, es decir quién es el director y cómo es su perfil y quién tendrá las funciones de gobierno y cómo funciona su junta directiva.
En las entidades sin ánimo de lucro el órgano máximo de gobierno es la Junta Directiva y está establecido que su composición en términos de perfiles y número de miembros, su organización, su convocatoria, el cronograma, el quorum para sesionar, la perdida de investidura de sus miembros y los protocolos de renuncia son definidos por los promotores de la entidad y declarados explícitamente en el documento de Gobierno Corporativo.
Las juntas directivas en las entidades sin ánimo de lucro impactan en la generación de confianza, en la creación de un ambiente de transparencia e independencia, ayudan a contar con un equipo humano para respaldar la gestión, pues con su mirada externa que contribuya a orientar la sostenibilidad institucional, a reaccionar frente a los retos futuros y a garantizar la aplicación de prácticas de gobernanza.
Una junta directiva es nombrada por los socios promotores o fundadores de la entidad en su reunión anual de celebración de la Asamblea General. Y se nombran con la función de representar los objetivos de los promotores, nombra el director, acompañas la administración en el direccionamiento de la organización, orientar la estrategia institucional y el plan de desarrollo, analizar el riesgo, direccionar la sostenibilidad institucional.
Por ser este grupo de acciones un propósito tan robusto y una labor tan decisiva en la sostenibilidad institucional se requiere dedicar tiempo e inteligencia para conformar un grupo con las competencias personales y las visions complementarias en la conformación de la junta. El proceso de selección debe tener en cuenta que la decisión debe estar:
Una vez nombrada la Junta Directiva, la entidad debe dedicar el suficiente tiempo para realizar una inducción clara del objeto misional y del funcionamiento institucional. Así como brindar la información precisa para orientar con fundamento la toma de decisiones. Igualmente se debe estar atento para a brindar formación permanente en temas fundantes de la organización.
En el funcionamiento y rutina de las reuniones de junta directiva es fundamental establecer un cronograma anual de reuniones que se pacte entre los miembros, que para cada una de las sesiones se cuente con un orden del día, fijado con anterioridad, todas las reuniones deben quedar consignadas en acta.
El Presidente de la Junta, es quien preside y orienta cada sesión, prepara con el director el orden del día y la agenda de cada sesión. Además debe tener presente que de él se espera una comunicación permanente con el director de la entidad con el fin de orientar el cumplimiento de los objetivos.
Escrito por: Sandra Inés Zuluaga Sánchez Comunicadora Social- Periodista Especialista en Gerencia Social Magíster en Educación y Desarrollo Humano. Gerente de Enfoque Consultoría